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Complément d'informations culturelles et artistiques sur l\artiste
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Los "violinistas" (azul o verde), La Vida, Sobre la Ciudad y La Novia
Judaica y, en sus inicios, el Neo-primitivismo
La vida del Shteti (pueblo judío en Europa del Este) es uno de sus temas favoritos. Pictóricamente, nunca pertenecerá a ninguna corriente artística, pero tomará (incluso tomará prestados) elementos que puedan alimentar su pintura aquí y allá (tanto de los Fauves, los Constructivistas, los Cubistas como de los Grandes clásicos).
Marc Chagall no era del tipo que frecuentaba a otros pintores, tan sumergido en su mundo, tan fiel a sí mismo, a los suyos y a sus sueños de infancia. Su impacto en sus contemporáneos es difícil de cuantificar... ¡En el gran público, es aún más impresionante!
Chagall es ante todo un universo único, un funámbulo de genio en la tierna cuerda de la diáspora del pueblo judío en el corazón del siglo XX. Desde los pogromos rusos hasta las alturas de Saint-Paul de Vence, Chagall ha conocido el viaje, la pérdida de sus obras, la pérdida de aquel a quien amó como loco (Bella) y siempre supo volver a empezar, poner el lienzo en blanco en el caballete y reinventar su mundo.
Es necesario descubrir las vidrieras que realizó (las de la Catedral de Reims o las del Museo Chagall en Niza). También es necesario ir a admirar el techo de la Ópera Garnier y comprender que Chagall es un pintor narrador, un hombre que contó lo que todos vivimos a lo largo de una vida, la felicidad y la desgracia, los nacimientos y las pérdidas, el amor y la pérdida del amor... Y que todo esto, lo plasmó en colores como nadie más, en una alegoría luminosa y universal.
Marc Chagall nació en Bielorrusia en 1887.
El descubrimiento de la obra de Van Gogh y Cézanne sería el detonante de su enfoque hacia la pintura. Llegando a París en 1910, se encontró con Apollinaire, Cendrars, pero también con Modigliani y Delaunay.
La Primera Guerra Mundial lo llevó de vuelta a su país natal, donde estuvo, por un tiempo, fascinado por la Revolución Rusa.
De regreso en Europa Occidental, Chagall ilustró "Almas muertas" y "Las fábulas de La Fontaine", antes de abordar su obra maestra en ilustración: "La Biblia".
Al mismo tiempo, el tema de la crucifixión invadió su obra, mientras que el aumento del antisemitismo en Europa lo llevó a mudarse a Estados Unidos.
De vuelta en Francia después del fin de la guerra, se embarcó en la creación de obras monumentales vinculadas a la arquitectura, como la catedral de Metz, el nuevo parlamento de Jerusalén, la Fundación Maeght o el techo de la Ópera de París.
Su producción litográfica también es impresionante, con quince a veinte litografías por año a partir de 1952.
Falleció el 28 de marzo de 1985, en Saint-Paul de Vence, dos años antes de la apertura de la retrospectiva que el Museo Pushkin de Moscú finalmente le dedicó.
(c) Natacha PELLETIER para PASSION ESTAMPES
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